Señales y evidencias de hijos que han dejado este mundo
Una vez más, Juan José López rompe esta barrera que hay entre la vida y la muerte y nos enseña por una rendija que EL ALMA ES ETERNA... tan eterna como el AMOR.
Aunque tengamos la certeza de que, después de la muerte la vida sigue, es contra natura que muera un hijo antes de que lo haga su padre o su madre.
Pero… como la vida sigue, los que se han marchado antes que nosotros no paran de enviarnos señales para hacernos saber que están bien, que dejemos de sufrir por ellos y que, en su momento, volveremos a encontrarnos.
Desde la comprensión de que «un alma es eterna, no muere»,
nos cuentan como dichas señales les proporcionan paz y esperanza.
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